23 de junio de 2008

H.B.O. (Hussein Barack Obama)

Su piel es huella de Africa. De esos colores y cuerpos que fueron trasladados de un continente a otro para trabajar de sol a sol mientras sus vidas se trasformaban en interminables y sufridas noches. La oscuridad de la esclavitud, el racismo. La discriminación. Esos cuerpos que a los ojos del mundo se transformaron en boxeadores triunfales, atletas destacados, aguerridos players de futbol americano e impredescibles y fantásticos jugadores de basquet. Esos colores que emergieron de las aguas dejadas por Katrina cuando todos suponian que ya no estaban sumergidos en la pobreza. Su nombre es huella del choque de civilizaciones. Los caprichos de la historia han determinado que sus credenciales representen casi literalmente el eje que divide buena parte de la geopolítica de la humanidad. Occidente vs Oriente. Su primer nombre, Barack, no parece decir mucho. Su apellido, tampoco. Pero cuando surge, de alguna crónica periodística detallista, que su segundo nombre es Hussein, se resignifican. Obama se carga de sentido y comienza a imitar el sonido que se oye cuando, desde septiembre de 2001, alguien dice Osama. Hussein y Osama. El dictador muerto, el fantasma terrorista todavía vivo. El 11-S, Afganistan e Irak. El enemigo, el mal. El antiamericanismo más puro, más lineal, el que los hace ser cada vez más americanos, más lineales. Ante tamaña relación su nombre de pila, Barack, hasta aquí insignificante, remite a la parte occidental de oriente. Ehud Barak (sin ''C'', pero suena igual) actual ministro de defensa, fue militar, ex primer ministro, y quizás también futuro, del Estado de Israel. Una sola línea, tres palabras, mucha historia. Paradojas. Su negritud, su no pertenencia al partido republicano, su discurso demócrata ecléctico. Atributos que seducen a los creadores del spanglish. Aquellos latinoamericanos que se fueron de sus países de origen a hacer la america...del norte. Provenientes de naciones tristemente acostumbradas, muchas de ellas, a dictaduras made in iuesei. Hoy, caprichos de la historia, podrán, en gran parte, inclinar la balanza en la elección norteamericana. Decidirán quien gobernará por los proximos cuatro y seguramente ocho años su democracia. Los padres de las teorías de la aguja hipodérmica observan como, capilarmente, lo latino los penetra y se les hace carne, en su nombre, en su piel. En ambos lleva inscriptos las marcas de la paradoja. Negro, con antepasados africanos y musulmanes, nombres que simbolizan a medio oriente y sus disputas. Sus votos en gran parte llegarán de los inmigrantes latinos de distintas generaciones. En contraposición, su rival republicano es un ex combatiente de Vietnam con apellido de papasfritas on the go (fast food versión aun más Fast y menos Food). Ni el más afamado guionista de Hollywood podría haber ideado un personaje con tales características significantes. Barack Hussein Obama seguramente será presidente. Bush lo hará.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encantaria ver un presidente negro en la racista tierra americana.
Muchos piensan que si gana obama lo van a matar (no es metafora).
Aunque tambien peligrosamente esta subiendo el voto republicano, asi que tampoco esta tan claro el vencedor, ademas ya hay historia de fraude en EEUU, no tan lejano en el tiempo.

GRUPO 28 dijo...

Sinceramnete no creo que pueda haber una diferencia sustancial entre los demócratas y los republicanos.
Aunque puedan tener un discurso mas "lindo" y ser politicamnete más correctos los democratas republicanos.
Clinton el presidente mas marketinero de la historia de EEU, desde JFK, fue a los hechos mucho peor para latinoamérica que el orangutan de Bush (es cierto con otro contexto latinoamericano).

Con respecto a Obama, prefiero que gane por una cuestión discursiva, de pura retórica y porque puede ser interesante ver a un negro en la meca del racismo. Aunque vuelvo a decir, no hay demasiadas difencias con McKain, es más escuche a los dos hablar sobre Cuba y me pareció hasta más progresista (dentro de un conservadurismo absoluto) el discurso del republicano.

Saludos.
Tito.-


Pd: No se hasta que punto los latinos van apoyar a Obama, recordemos que en laa interna demócrata los latinos se inclinaron en masa hacia Hilary.

Anónimo dijo...

El sistema "bipartidista" americano demostró ser una válvula de control para que el poder quede siempre dentro del mismo grupo de pensamiento. Solo cambian algunas políticas y el tono del discurso. En el caso particular de Obama creo que su llegada a la Casa Blanca puede traer algún cambio pero, bajo ningún concepto, pienso que vaya a generar la más mínima ruptura en paradigma político-económico de EEUU. Creo que el dicho "cambiar algo para que nada cambie" se aplica muy bien a lo que pasa en las sucesivas elecciones norteamericanas.

Saludos
Surfer.